LA MUÑECA

HISTORIAS DE TERROR PARA LA NOCHE DE HALLOWEEN

LA MUÑECA

Comenzaré diciendo que tengo 28 años, soy profesionista, vengo de una familia muy católica y esto que les platicaré, aún después del tiempo que ha transcurrido, Lo recuerdo y me atemoriza, pues no logro encontrar ninguna explicación.

Una amiga y yo nos fuimos a vivir al D.F. en México. Como ambas somos de provincia y nuestros trabajos se encuentran allá, evidentemente teníamos que rentar un lugar para vivir. En 1997 nos mudamos a un edificio de construcción algo antigua, los departamentos eran de techos muy altos y el piso era de madera; al poco tiempo de llegar ahí, comenzamos a ver a un niño de cuatro años aproximadamente que nos observaba desde el pasillo y cuando lo mirábamos nosotras corría hacia una de las recamaras que teníamos desocupadas, ahí solo habían libros y objetos que no usábamos. Nosotras al principio sentíamos temor, pero poco a poco nos acostumbramos a verlo; en las mañanas poníamos a funcionar el calentador para podernos bañar, pero como tardaba en calentarse el agua (30 minutos) nos dormíamos un rato más; es importante comentar que era peligroso dejar que se sobrecalentara; entonces cuando pasaba el tiempo justo para que estuviera listo, el niño nos despertaba, así fue que comenzamos a darnos cuenta de que nos cuidaba. Obviamente, como era pequeño nos hacía travesuras y escondía algunas de nuestras cosas en lugares no acostumbrados. Algunas ocasiones asustó a las personas que nos visitaban; Hasta que en una ocasión durante una semana se quedaron en el departamento unas amigas, así que cariñosamente le pedimos que no se presentara ya que podía asustarlas, así que en esos días no lo vimos. Fue en marzo de 1999. El día 11 hicimos una fiesta, ya que es mi cumpleaños. Hubo muchas personas en casa y la reunión duró hasta el otro día, así que no habíamos dormido nada en toda la noche. Por fin nos quedamos solas mi amiga y yo, compartíamos la misma habitación, así que nos acostamos como a las cuatro de la tarde y dejamos encendida la televisión. Aproximadamente a las ocho de la noche sonó el teléfono y mi amiga se levantó a contestar, ya que éste se encontraba en la sala. Yo escuché claramente cuando ella contestó, era su novio quien llamaba. Recuerdo que tenía los ojos cerrados pero no estaba dormida. Pasó un rato y sentí como se hundía un poco la cama, así que abrí un poco los ojos y alcancé a ver su pijama. Yo le daba la espalda, entonces me volteo completamente para preguntarle algo (no recuerdo qué), y veo una muñeca de trapo de mi estatura (1.69 m.) de las que tienen la cabeza grande y las piernas largas y flacas, y me sonríe; comienzo a sentir un enorme miedo y trato de gritar pero no puedo. Me quiero levantar de la cama y siento como dos manos me agarran de los hombros y me presionan para no dejarme levantar. Comienzo a escuchar que la muñeca me dice "...no grites, ella no te escucha, está platicando con su novio y sabes que tardará mucho..." (generalmente sus conversaciones eran de más de una hora), y empieza a reír a carcajadas. Quiero rezar, empiezo el padre nuestro y se me olvida, ella dice "... ya ves se te olvida como rezar, porque Dios no te escucha...". Mis intentos por rezar y por escapar son nulos, tengo abiertos los ojos y escucho a lo lejos la voz de mi amiga aún en el teléfono.

Pasó mucho tiempo y yo no lograba levantarme y seguía escuchando las risas burlonas de la muñeca. Alcance a voltear del otro lado y había un duende junto a la cama, sonriendo también. Mi miedo era enorme y estaba aterrorizada. Entonces no supe cómo, me logro zafar de las manos que me tenían acostada y salgo corriendo de la recámara; llego a la sala donde está mi amiga y quiero hablar pero no puedo; solo las lagrimas salían de mis ojos sin lograr articular palabra. Ella cuelga el teléfono y me pregunta: ¿qué te pasó?, ¡estás pálida! Yo solo podía señalar la recamara; entonces ella trata de tranquilizarme. Por fin logro decirle, llorando, que hay algo en la recamara y ella va allá. Dice que al entrar sintió escalofrío y miedo. Algo había en ese lugar. Encendió la luz y no había nada. Por fin, con mucha dificultad, le platico lo que me pasó. Siento que me duelen los hombros y ella me mira atónita, tenía marcados dedos justamente de donde me tenían agarrada.


halloweennochedebrujas- 2023- Todos los derechos reservados
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar